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viernes, 4 de diciembre de 2015

Retiro de Adviento para Catequistas 2015


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Artículo NODI: JESUCRISTO ES LA PALABRA

Nuevo material diocesano para la Catequesis de Post Comunión - Confirmación




domingo, 1 de noviembre de 2015

Revista Katejein 2015 del Secretariado de Catequesis

Ejemplar de la Revista Katejein Septiembre de 2015. 

sábado, 10 de octubre de 2015

CELEBRACIÓN DEL CURSILLO "CALENTANDO MOTORES 2015"


CELEBRACIÓN DEL CURSILLO CALENTANDO MOTORES 2015

      El pasado jueves 24 de septiembre se celebró en el salón de actos del Obispado de Alicante el tradicional cursillo “Calentando motores” con la participación de catequistas de todas las vicarías de la Diócesis. Las parroquias estaban ampliamente representadas en los catequistas que vinieron a escuchar la presentación del nuevo material diocesano catequético “Jesucristo es la Palabra” que trabaja el catecismo de los obispos Testigos del Señor. Los catequistas de poscomunión y confirmación estuvieron atentos a esta novedad diocesana para alimentar e impulsar la catequesis de poscomunión. Los autores de la elaboración de este material explicaron su naturaleza y estructura, el diseño y su ubicación dentro del plan catequético de la Iniciación cristiana. Se presentó, además, el nuevo y último documento sobre la catequesis de la Conferencia Episcopal Española, titulado: “Custodiar, alimentar y promover la memoria de Jesucristo”. Finalmente recibieron la revista del secretariado, Katejein, en su cuarte edición, en donde se hace memoria del curso catequético transcurrido y se ofrece la programación del secretariado y el rito de envío de catequistas.


                                      Fotos: ¡Calentando Motores 2015! 
 (24 de septiembre).


Fotos: ¡Calentando Motores 2015!
 (24 de septiembre).

miércoles, 16 de septiembre de 2015

RITO DE ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS. Curso 2015/2016


RITO DE ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS

Diócesis de Orihuela-Alicante, curso 2015/2016

MONICIÓN

Nos reunimos en esta celebración dominical para celebrar la vida nueva que Cristo resucitado nos ha regalado. Cada domingo, acogemos y festejamos el don de la salvación. Pero hoy, además, celebramos el rito de envío de los catequistas de nuestra parroquia. Necesitamos hombres y mujeres que anuncien la fe y acompañen en el camino de la vida cristiana a niños, jóvenes y adultos. Para ello, contamos en el seno de nuestra comunidad parroquial con la respuesta generosa de los catequistas a la llamada que han recibido.

Que esta celebración sea una acción de gracias por el regalo que Dios hace a su Iglesia llamando continuamente y enviando a la misión a estos catequistas.

RITO DE ENVÍO

Monición:

Se va a proceder ahora al rito del envío de los catequistas que este año llevarán a cabo la tarea de la Catequesis en nuestra Parroquia. Es un modo de expresar que no actúan en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia.

El rito consta de cuatro partes: comienza con una exhortación del Sacerdote en nombre del Señor; sigue la confesión de fe de los catequistas que manifiestan su compromiso y disponibilidad; a continuación, el Párroco pronunciará la bendición del Señor sobre ellos para que Jesús les ayude con su fuerza y los mantenga en su fidelidad; por último, besarán el libro del Evangelio que han de enseñar y testimoniar.


1. Exhortación: ¡Pónganse en pie los que van a recibir la misión de catequista! (Los catequistas se ponen en pie, mientras los fieles siguen sentados)

Queridos hermanos:

Dios, nuestro Padre, reveló y realizó su designio de salvar al mundo por medio de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien confió a la Iglesia la misión de anunciar su Evangelio a todos los hombres.

Vosotros, catequistas, que no actuáis en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia que os envía, tenéis una misión muy importante que cumplir: ser testigos del mensaje de Jesús.

Expondréis y explicaréis la Palabra de Dios en la catequesis y, de esta forma, con vuestro esfuerzo y la ayuda del Señor, los niños y jóvenes irán madurando en la fe. No olvidéis en ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesús, que es el protagonista principal de vuestra actuación. Por eso, cuando expliquéis su Evangelio, no olvidéis escucharlo y madurarlo primero en vuestro corazón, dóciles al Espíritu del Señor.

Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la catequesis que realizaréis porque toda ella tiende a edificarla como «pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu».


2. Profesión de fe y compromiso: (Los catequistas encienden las velas)

Celebrante:
Antes de recibir la misión, es necesario que profeséis públicamente vuestra fe; que expreséis ante la Iglesia reunida vuestra disponibilidad a la tarea que se os encomienda y la aceptación del compromiso que asumís.

¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Catequistas: Sí, creo.

Celebrante:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, proclamó con obras admirables el Evangelio de Dios, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Catequistas: Sí, creo.

Celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Catequistas: Sí, creo.

Celebrante:
¿Estáis dispuestos a realizar vuestra tarea viviendo la fe con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia?
Catequistas: Sí, estoy dispuesto.

Celebrante:
- ¿Os comprometéis, contando con la ayuda del Espíritu Santo, a testificar con vuestra vida el mensaje de Jesucristo que predicáis de palabra?
Todos: Sí, me comprometo

Celebrante:
- ¿Os comprometéis a que la catequesis sea anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo según es vivida y trasmitida por la Iglesia?

Todos: Sí, me comprometo
Celebrante:
- ¿Estáis dispuestos a formaros cada día mejor para ser instrumentos fieles del Espíritu en la tarea de llevar la salvación a los hombres?


Todos: Si, estoy dispuesto

Celebrante:
- ¿Prometéis ser constantes en la tarea de catequistas y luchar contra todo desaliento y desánimo, para así servir como evangelizadores a esta comunidad cristiana?


Todos: Sí, lo prometo


 4. Bendición de los catequistas

Celebrante:
Todos somos testigos de las disposiciones de estos catequistas que se ofrecen a servir a la comunidad a través de la catequesis. Pero, aunque el Espíritu está pronto, la carne es débil. Oremos, pues, al Señor que derrame su luz sobre ellos.


Pues si a todo esto estáis dispuestos, YO, VUESTRO PASTOR, OS ENVÍO, para que, como catequistas, conduzcáis a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos por Jesucristo, en el Espíritu, al Padre. Para que conociendo la revelación de Jesucristo, profesen la fe verdadera dentro de la Iglesia y construyan el Reino en el mundo.

(Extiende las manos sobre la asamblea de catequistas, y prosigue)

¡Señor Dios, fuente de toda luz y origen de toda bondad, que nos enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, para que revelara a los hombres el misterio escondido en tu amor!
Bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el servicio de la catequesis, y concédeles el que sepan anunciar a Jesucristo y su mensaje con toda fidelidad de los hermanos. Por Jesucristo nuestro señor.


(Los catequistas van pasando y ponen la mano derecha sobre la Palabra de Dios que el Celebrante le muestra, mientras les va diciendo:)

RECIBID LA PALABRA DE DIOS. VOSOTROS QUE LA HABÉIS MEDITADO, LLEVADLA EN VUESTRAS MANOS, EN VUESTROS LABIOS Y EN VUESTRO CORAZÓN. QUE AQUELLOS A QUIENES SOIS ENVIADOS PUEDAN, AL CONTEMPLAR VUESTRA VIDA, LEER EN ELLA LA PALABRA DE DIOS.



ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES

Invoquemos a Dios Padre que, por mediación de su Hijo, envió al Espíritu Santo, para que con sus dones anime nuestro curso catequético.

  • Para que este curso catequético que hora iniciamos transcurra consagrado a tu alabanza, Tú, Señor que eres nuestra luz,
  • Para que los catequistas, en comunión con el Papa, el Obispo y los sacerdotes, sean auténticos portavoces de la Iglesia, de cuya experiencia de fe les viene su certeza, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que los catequistas, que actúan en nombre de la Iglesia, se vean apoyados por la estima, la colaboración y la oración de toda la comunidad, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que los catequistas sean fieles servidores del Evangelio y sepan transmitirlo intacto y vivo, de un modo comprensible y persuasivo, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que los catequistas den testimonio de la Palabra con la santidad de su vida, en la oración, la meditación y la participación frecuente en los sacramentos, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que los catequistas se entreguen sin reservas a su ministerio, con amor, dedicación y alegría cada vez mayores, ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Para que nuestra comunidad, con el testimonio de su vida y con la oración, secunde el servicio a la Palabra de los catequistas, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que los padres, a cuyo servicio actúan los catequistas en la formación cristiana de sus hijos, no renuncien a su misión de ser los «primeros anunciadores de la fe», ROGUEMOS AL SEÑOR.
  • Para que cuantos escuchan la Palabra de Dios experimenten el gozo de conocer a Dios y ser conocidos por El, de contemplarlo y abandonarse en El, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Oremos: Te pedimos a Ti, Dios Padre, por Jesucristo, nuestro hermano mayor, que con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



UN AÑO DE LA MISERICORDIA TAMBIÉN PARA LA CATEQUESIS


UN AÑO DE LA MISERICORDIA
TAMBIÉN PARA LA CATEQUESIS


Aurelio Ferrándiz García
Director del Secretariado de Catequesis


La invitación que el papa Francisco hace a toda la Iglesia para vivir un Jubileo extraordinario de la Misericordia, se dirige muy especialmente también para la catequesis. En efecto, secundando la llamada del papa Francisco hemos de volcarnos extraordinariamente durante este año jubilar para descubrir la riqueza y la grandeza que contiene el tema de la misericordia en la tarea catequética que la Iglesia realiza. Para ello, he leído y reflexionado la Bula papal de convocatoria del jubileo con “ojos catequéticos”, para ver cómo aplicar y concretar esta invitación en la tarea cotidiana que los catequistas y animadores de la fe desarrollamos en las parroquias a lo largo del curso.

Resumo toda la reflexión en 7 puntos clave para el año de la misericordia.

  1. La palabra misericordia es la síntesis de toda la revelación y de la catequesis. Así lo ve el Papa y nos lo enseña nada más comenzar su documento: “Ya que el misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra”. Y no puede ser de otra manera. Si la catequesis ha de ser fundamentalmente cristocéntrica, la misericordia que revela Jesucristo, en sus gestos y palabras, y en toda su vida, ha de ocupar también un papel central y fundamental en la catequesis. El que quiera dar a conocer al Dios que Jesucristo reveló, ha de mostrar fundamentalmente su misericordia. No se trata pues de un concepto más de la doctrina cristiana, del que podamos olvidarnos o descuidarnos. La misericordia en la revelación de Jesucristo es de capital importancia.
  2. Contemplar en la catequesis el misterio de la misericordia. Ahora bien, la invitación que el Papa Francisco nos hace respecto a la palabra misericordia no se queda a un nivel conceptual o intelectual, sino que quiere algo más profundo: nos invita a contemplar el corazón del misterio de Dios, que es su misericordia. Esta será la primera tarea en la catequesis: contemplar antes que enseñar. El que no se ha encontrado con la misericordia de Dios en su propia vida, a través del perdón de sus propios pecados, difícilmente puede anunciar, enseñar y testimoniar la misericordia de Dios. Contemplar significa abrir nuestra mente y nuestro corazón a algo que es mayor que nosotros, mayor que nuestra mente y nuestros conceptos, algo que nos supera por todas partes -por eso es misterio-, y es el amor inmenso y colosal de Dios que es encuentro, compasión, perdón, consuelo, se da eternamente, gratuito, paciente, que no conoce límites, que nos abre a la esperanza al poder ser amados no obstante el límite de nuestro pecado. Ante esta realidad insospechada por parte del hombre, no podemos hacer otra cosa que acogerla con el corazón agradecido y testimoniarla a todos los hermanos. La catequesis, pues, ha de poner en el centro de su contemplación este misterio, adorarlo, asimilarlo, aprenderlo, enseñarlo y testimoniarlo. Solo así será una catequesis auténticamente “cristiana”.
  3. Reconocer a Dios como un Padre que nos busca con locura para perdonarnos y darnos la felicidad. Muchas veces mostramos y enseñamos en la catequesis a un Dios impasible, que no quiere trastornos ni exageraciones, y que da a cada uno lo suyo. Pero no es así. El comportamiento del Padre nos desborda a todos en su amor y en su perdón, y eso es la misericordia. Así lo expresa el papa: “La misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón”. El perdón del Padre lejos de ser un signo de su debilidad, es la manifestación más grande de la calidad de su omnipotencia. En amor el Padre es invencible. Haríamos bien durante este año, si desde la catequesis leyéramos los evangelios para “dejarnos sorprender por este Dios que no se cansa de abrir las puertas de su corazón a los hombres”. ¡Descubramos, pues, el corazón misericordioso del Padre!
  4. Que la Iglesia y las parroquias sean oasis de misericordia. Es un gran esfuerzo el que se nos pide, y la catequesis puede y debe colaborar. El mundo y la sociedad nos lo reclama “porque la experiencia del perdón es cada vez más escasa”. Por eso dice el Papa “donde está la Iglesia debe haber evidencia de la misericordia del Padre y donde hay cristianos, cualquiera debería ser capaz de encontrar un oasis de misericordia” ¿Y cómo se puede conseguir esto desde la catequesis? Creando un clima de paz y serenidad, creando hogar, acogiendo, buscando, saliendo, comprendiendo, perdonando, ofreciendo. Acoger con respeto y serenidad, la posible aceptación o rechazo del otro. Tener confianza en el otro. No imponer, no vencer sino convencer, no obligar, ni presionar, enseñar sin desesperar, animar y no exasperar, caminando al paso del otro. Tener paciencia y empezar cada día de nuevo, sin cansarse, sembrar con alegría, suscitando opciones y compromisos.
  5. Misioneros de la misericordia. “La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios”. Sobre todo en la catequesis que no falte nunca el testimonio de la misericordia, que será la mejor predicación del evangelio. Así lo afirma el Papa: “Nunca en su predicación y en su testimonio ante el mundo puede faltar la misericordia. La credibilidad misma de la Iglesia se ve en la forma en que muestra el amor misericordioso y compasivo”. Recibiendo el perdón de los pecados en el sacramento de la confesión nos convertimos en testigos experimentados de la misericordia de Dios. Los sacerdotes, los padres y los catequistas deberíamos ser los primeros en celebrar de forma especial este sacramento durante este año. El papa nos anima cuando dice que “el perdón es la herramienta en manos humanas frágiles para alcanzar la serenidad del corazón y vivir felices”. Hagamos nuestra desde la catequesis la urgencia que el Papa reclama para la Iglesia de “anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo” con “un nuevo entusiasmo y una acción pastoral renovada”.
  6. Redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales. Esta llamada del Papa es para hacer del año de la misericordia algo muy concreto, huir de lo abstracto y retórico. “El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta: por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano”. En efecto, cuando hablamos de la misericordia lo que de verdad importa son las obras, los gestos, las acciones. “Obras son amores”. Desde la catequesis, debemos darle un rostro concreto al año de la misericordia. ¿Cómo? Pues saliendo de lo puramente cognoscitivo, conceptual y memorístico y cumpliendo con alegría las obras de misericordia corporales y espirituales, para “despertar nuestras conciencias latentes ante la tragedia de la pobreza”. Es importante tener presente en la catequesis las obras de misericordia corporales y espirituales, un poco olvidadas en estos últimos años en la catequesis. Recordemos a los niños y jóvenes que es necesario ayudar a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos, que puedan comer, beber, vestir, ser acogidos donde quiera que se encuentren, dedicar tiempo a los enfermos y encarcelados, enterrar a los muertos y consolar a sus familias. También son importantes las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que se equivoca, consolar a los tristes, perdonar las ofensas, soportar con paciencia a las personas que nos molestan, rogad a Dios por los vivos y difuntos. Las obras de misericordia son una escuela de “auténtica” vida cristiana y ¿dónde mejor aprenderlo que en la catequesis?

Tiempo oportuno para cambiar de vida, dejarse tocar el corazón. Así nos lo recuerda el Papa: “¡Este es el momento favorable para cambiar tu vida, de aceptar la invitación a la conversión y someterse a la justicia, mientras que la Iglesia ofrece misericordia”. La conversión está en el centro del año de la misericordia, como está también en el centro de la catequesis. Sin conversión no hay proceso de iniciación cristiana. Por ello, el año de la misericordia puede ayudar mucho a niños, jóvenes y adultos de la catequesis si acogen la invitación a salir del pecado, a cambiar de vida, a adherirnos a la vida nueva en Cristo Jesús. Una buena conversión por parte de catequistas y agentes de la pastoral, consistiría en no juzgar y no condenar, sino perdonar y donar, mantenerse alejado de la murmuraciones, las palabras movidas por “los celos y la envidia y aprovechad lo bueno que hay en cada persona, convirtiéndose en instrumento de perdón”. Para conseguir esto nos ayudará realizar una peregrinación interior, para descubrir que la misericordia es una meta a alcanzar que requiere compromiso y sacrificio”. Invitemos desde la catequesis a celebrar las “24 horas para el Señor” como momento especial e intenso para acercarse al sacramento de la reconciliación que “permite tocar con la mano la grandeza de la misericordia”, y muchos niños y jóvenes “vuelven a descubrir el sentido de la vida”. También en el año de la misericordia se puede descubrir desde la catequesis la grandeza de la indulgencia que muestra que “el perdón de Dios por nuestros pecados, no conoce fronteras”. Por la indulgencia el pecador es liberado de esa impronta negativa que deja el pecado y esa consecuencia residual que se prolonga en nuestros comportamientos. De esta manera, el que es tocado por la indulgencia es “habilitado para actuar con caridad, para crecer en el amor, en lugar de caer en el pecado”.

CURSO 2015/2016. PROGRAMACIÓN DEL SECRETARIADO DE CATEQUESIS


CURSO 2015/2016

PROGRAMACIÓN DEL SECRETARIADO DE CATEQUESIS


Objetivo general del Plan Diocesano de Pastoral:

Contemplar el misterio de la misericordia para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes

Objetivo del Secretariado de catequesis:

Conocer y profundizar el mensaje de la misericordia de Dios en el catecismo de los obispos Testigos del Señor para que la catequesis se convierta en una escuela en donde aprender a testimoniar el amor misericordioso de Dios.

  • Itinerario formativo: ENCUENTRO con la Palabra para Ver y juzgar la crisis de amor de Dios en la realidad del hombre.

  • Medios: Sesiones a lo largo del curso de la Lectio divina sobre la parábola del Hijo pródigo (Lc 15, 11-32)

  • Itinerario operativo: Actuar la MISIÓN desde cuatro dimensiones de la vida cristiana:
  • Educación en la fe (“Lo vio y se conmovió”): Profundizar el tema de la misericordia en los temas del catecismo Testigos del Señor y sacar de este estudio unas actitudes, comportamientos, y gestos concretos que se cultiven y fomenten desde la catequesis.

  • Medios: Cuatro catequesis preparatoria de la Jornada 2016. Celebración de la Jornada de catequistas dedicada al tema de la misericordia.

  • Liturgia (“Celebremos un banquete”): Acoger y celebrar la misericordia de Dios a través del sacramento de la penitencia.

  • Medio: Dar especial relieve desde la catequesis al sacramento de la penitencia, organizando alguna celebración comunitaria de la penitencia con niños y jóvenes.
  • Participar desde la catequesis en la jornada “24 horas para el Señor”, celebrando la confesión.

  • Comunidad (“Es que ha venido tu hermano”): Crear comunidad que testimonia la misericordia fomentado las obras espirituales de misericordia: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, soportar con paciencia al que cae antipático.

  • Medios. Reflexión y meditación en el retiro espiritual de Adviento para catequistas. Ofrecer una propuesta para su vivencia.

  • Caridad (“Ese hijo tuyo”): Manifestar un modo nuevo de amar y de servir al hermano redescubriendo y cumpliendo las obras espirituales de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir al enfermo.

  • Medios: Reflexión y meditación en el retiro espiritual de Pascua para catequistas. Ofrecer una propuesta para su vivencia.

  • Líneas de acción complementarias del Secretariado para este curso:

  • Jornada de presentación y estudio del catecismo Testigo del Señor y del nuevo material catequético Jesucristo es la Palabra, correspondiente al primer curso de poscomunión (5 de primaria).
  • Cursillo de formación de catequistas de la etapa de poscomunión.
  • Curso de formación básica para catequistas: Por una catequesis renovada II. Un sesión mensual del grupo de catequistas con el párroco
  • Presentación y difusión de la revista del Secretariado Katejein n. 4
  • Elaboración y estudio del proyecto diocesano juvenil de poscomunión.

  • Agenda:

Cursillo Calentando motores: jueves 24 de septiembre 2015, en el salón de actos del obispado.

Retiros espirituales: viernes 18 de diciembre 2015 y viernes 1 de abril 2016.

Jornada de catequistas: domingo 6 de marzo 2016


FORMACIÓN PERMANENTE DE CATEQUISTAS. Septiembre de 2015.


POR UNA RENOVACIÓN DE LA CATEQUESIS, II



El Secretariado de Catequesis ofrece a los catequistas un segundo curso de formación permanente en torno al tema de la renovación de la catequesis. Se trata de uno elenco de temas que responden al ser del catequista y a su formación teológica, y que se pueden estudiar a lo largo del curso de forma mensual.

El Directorio General para la Catequesis nos recuerda que “cualquier actividad pastoral que no cuente para su realización con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad. Los instrumentos de trabajo no pueden ser verdaderamente eficaces si no son utilizados por catequistas bien formados. Por tanto, la adecuada formación de los catequistas no puede ser descuidada en favor de la renovación de los textos y de una mejor organización de la catequesis.
 
En consecuencia, la pastoral catequética diocesana debe dar absoluta prioridad a la formación de los catequistas laicos. Junto a ello, y como elemento realmente decisivo, se deberá cuidar al máximo la formación catequética de los presbíteros, tanto en los planes de estudio de los seminarios como en la formación permanente” (DGC 234).

La formación permanente se puede realizar de formas diversas: formación básica, formación en escuelas de catequistas y en escuelas de pastoral, cursillos, conferencias, Jornadas. Este material que os ofrecemos intenta cumplir con una formación permanente mensual que se puede hacer en la misma parroquia con la ayuda del párroco. Además de reunirse todos los meses para revisar la marcha de la catequesis, viene bien tener un elenco de temas sobre catequética fundamental que trabajan todos los catequistas juntos en una sesión.

Los temas tratados corresponden a los fundamentos de la catequesis:


1. Hacia una nueva catequesis (octubre)

2. Los catequistas, cristianos cabales (noviembre)

3. Cristianos nuevos, catequistas nuevos (diciembre)

4. Saber hacer del Catequista (enero)

5. Tenemos que actualizar nuestra Fe (febrero)

6. El Espíritu Santo (marzo)

7. El misterio pascual

8. Anunciar el “Reino de Dios”



Los temas son tratados por una mano experta en el campo de la catequética, como es E. Alberich, decano emérito de la Universidad Salesiana de Roma1. Deseamos que este subsidio contribuya a que nuestros catequistas entren en un proceso de auto formación creativa y autónoma en el que lleguen “aprender a aprender”. Al decir del Directorio: “El fin y la meta es procurar que los catequistas se conviertan en protagonistas de su propio aprendizaje, situando la formación bajo el signo de la creatividad y no de una mera asimilación de pautas externas” (DGC 245).




Aurelio Ferrándiz García
Director del Secretariado de Catequesis
 

1 “Catequistas para una nueva catequesis”, CCS 2012. “Los contenidos en la catequesis”, CCS 2012.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Formación: CALENTANDO MOTORES septiembre 2015